«Muy pocas personas continúan con el mismo maquillaje que antes de la pandemia. Ahora mismo, la mirada es el 90% de la cara. Hay que darle potencia e importancia a los ojos, que es lo que realmente se nos ve», sostiene Ana Bruned, maquilladora profesional.

Con media cara tapada por la mascarilla, los labiales están desterrados del rostro de las mujeres desde hace ya casi un año. Ahora -más que antes-, son los ojos y las cejas el verdadero reflejo del alma, la única parte visible. En especial, durante estos meses de invierno, donde los gorros tapan la mayor parte de la frente y dejan a la mirada todo el protagonismo. Los pendientes largos también han desaparecido, al igual que los collares, y son los anillos y las pulseras las que resisten -y menos mal- a la era covid.