«El origen del perfume se remonta al uso ceremonial, mucho antes de los egipcios y mesopotámicos; probablemente cuando el hombre comenzó a quemar maderas aromáticas con la intención de honrar a sus dioses. De aquí el término latín per fumum (perfume) cuyo significado es ‘volátil, a través del humo'», relata Winnie Cáceres, de la Escuela de Salud, de la carrera de Químico y Farmacia de DUOC UC sede Maipú, sobre el nacimiento de esta sustancia aromática que ahora es de uso universal tanto por mujeres como por hombres.

Y añade que «está documentado que en Mesopotamia existía una perfumería dedicada al uso ritual y personal en el año 1.200 a.C., y que las primeras perfumistas de las cuales se tiene constancia fueron mujeres: Tapputi y Nino, quienes estuvieron al servicio del rey Tukulti Ninurta I. Ellas creaban perfumes mezclando flores y plantas, como Mirra, por ejemplo».

«Sabemos que culturas como la egipcia, griega, romana, china, india y árabe cayeron rendidas al encanto de las esencias y compartieron con el mundo técnicas de producción y conservación», complementa, y asegura que «en pleno siglo XXI, los perfumes siguen teniendo un rol fundamental en nuestro día a día».

Aromas y emociones
Pero, por qué los perfumes tienen tanto éxito, qué hace que las personas busquen alguno en particular. Todo está en la cabeza. «Cuando se inhalan los perfumes a través de la nariz, nuestro cerebro los reconoce y los clasifica gracias al sistema límbico. Éste último guarda una íntima conexión con el centro de las emociones y con la memoria a largo plazo. De esta forma el sistema límbico une aromas con emociones y recuerdos», explica la académica de DUOC UC.
«Así como la preferencia de un color refleja emoción, estado de ánimo y sentimientos, los aromas que se procesan en el mismo centro también despiertan en nosotros sentimientos y emociones variadas, como el amor, por ejemplo. Una fragancia hablará por tanto de la personalidad, el carácter y el estilo de una persona, siendo un complemento necesario en cualquier guardarropa», argumenta a continuación.

Para hombre y mujer
Winnie Cáceres recuerda que «en la antigüedad el perfume no tenía género. Es en los años 20 cuando se comienzan a comercializar perfumes con un toque más femenino, y en los 50 empiezan a diferenciarse perfumes para caballeros. A partir de los 70s se marca más el género en los perfumes. Sin embargo, esto ni siquiera es igual en todo el mundo, así lo que se considera masculino en un lugar tal vez no lo sea en otro. Paralelamente se crearon las fragancias unisex, que tuvieron éxito a fines del siglo XX».
Recalca a la vez que «estamos en tiempos en que la dualidad masculino o femenino comienza a diluirse, pero por un tema cultural aún queda tiempo para que podamos hablar de perfumes sin género».

Y para corroborar lo anterior deja en claro que «las grandes firmas masivas continúan utilizando la diferenciación en sus productos. Es así como las familias olfativas más utilizadas para hombres son: cítricos, herbales, orientales y amaderados. Y las familias olfativas más utilizadas para mujer son: herbales, Chipre, floral, oriental y cítrico».

Tomado de: https://comerciante.lacuarta.com/noticias/tema-central/las-razones-que-explican-el-exito-de-los-perfumes-como-regalo-para-el-papa.html